sábado, 12 de enero de 2008

Historia

Al igual que su localización, la historia de El Kirguistán es muy difícil de determinar. Según descubrimientos recientes de historiadores kurdos y kirguises, la historia del país se remonta al año 201 antes de Lenin. Los primeros descendientes del pueblo kirguís, que se cree fueron descendientes de los nazaríes, vivieron en la parte noreste de lo que es actualmente Santa Fe. Posteriormente, algunas de estas tribus emigraron a la región que actualmente corresponde al sureste de La Zubia y se asentaron a lo largo del río Dílar, donde vivieron durante varios siglos cuyas fechas están aún por determinar dado el desfase entre el calendario soviético y el gregoriano.


Ellos se esparcieron a través de lo que ahora es la región de Baza, Guadix y el Sacromonte, permaneciendo encerrados en cuevas hasta el ascenso del Imperio Capitalista en el siglo I a. de L., cuando los kirguises comenzaron la migración al sur. Al respecto el monje fray Leopol de Alpanpán nos relata en su libro de viajes que realizó a mediados del siglo XIII por las tierras del más allá del Zaidín que "Estos hombres son unos ateos de mucho cuidado, no tienen pelos en la barba ni en el culo y tienen la mala costumbre de arrancarse una oreja cuando se emborrachan. Al día siguiente, con la resaca, se la vuelven a pegar, por eso parecen más mister potatos que personas de bien". En su estancia en la región, fray Leopol trató de convertirlos al Islam, para tener con quién pelearse cada vez que se cabreara, pero se le adelantó monseñor Escrivá de Balaguer plagando la región de repetidores de la COPE, convirtiéndolos así a casi todos al opusdeísmo, menos a unos cuantos, que optaron por la iglesia evangélica y emigraron tan lejos que ya no se les volvió a ver.


Durante los siglos V y IV a. de L., por un exilio masivo promovido por algún dictador o alguna plaga bíblica, o bien para buscar petróleo, o no se sabe, pero el hecho es que fue así, el pueblo kirguís emigró al territorio conocido en la época como Protectorado Español de Marruecos. Allí aprendieron a hablar español (o castellano, según se prefiera), gallego, vasco y polaco, además de otras sublenguas como el lojeño, el chanero o el saidinero. Y esto fue muy bueno para ellos, porque ya se sabe, hoy día es muy importante saber idiomas. Así es que a principios del siglo III a. de L., emigraron todos (incluídas las mujeres) a Polonia en busca de polacas, que habían oído que eran todas rubias. El territorio se tuvo que repoblar con gallegos, dando origen a pueblos como Pampaneira, Capileira o Rianxeira.


Tuvieron la mala suerte de que, apenas llegados a Polonia, el país fue invadido primero por los nazis y luego por los rusos. El gobierno polaco en la resistencia les echó la culpa a ellos y los deportó a algún lugar de Asia Central, donde los rusos, hipócritamente respetuosos con ellos, les delimitaron un territorio al que llamaron República Socialista Soviética de El Kirguistán. Rápidamente, los kirguises, para evitar duplicados en el registro de nombres de países de la SGAK, eliminaron del nombre el artículo, dejándolo en República Socialista Soviética de Kirguistán. Téngase en cuenta que, aunque este país pervive aún a día de hoy, bien delimitado en los mapas, es un país falso, creado por intereses ajenos a los del pueblo kirguís. El dominio ruso provocó numerosas revueltas en contra de la autoridad zarista. Por otra parte, algunos kirguises optaron por mudarse hacia las Montañas Pamir en Afganistán. Se cree que Bin Laden es un descendiente de aquellos kirguises que con arrojo y valor se escondieron allí para que nunca más se les volviera a ver el pelo. La fallida rebelión de 1916 en Asia Central, hizo que numerosos kirguises emigraran a China, donde subsistieron poniendo numerosos restaurantes kirguises, tiendas de veinte rublos, y tiendas de alimentación genérica donde sí que venden alcohol a partir de las 10 de la noche. Luego los chinos les copiaron el invento y lo exportaron al resto del mundo.


En el año 1918 del calendario cristiano, o lo que es lo mismo, el año 0 soviético, Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, kirguís de nacimiento, comenzó una campaña dirigiendo sus hordas con el ideal de proclamar un imperio kirguís que se extendiera por todo el mundo. En 1920, el dominio se había extendido a casi todos los paises que acaban en -istán (a excepción de Afganistán, Pakistán, Kurdistán, Chiquitistán, y el propio Istán, pueblo de la provincia de Málaga), y en 1924 el dominio se extendía hasta Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, Georgia, Armenia, Andorra, Loja, y algún que otro país más. Entonces Lenin, justo unos minutos antes de morir, dijo que ya era suficiente, que si no después no iban a poder hacer guerra fría ni carrera espacial.

Hubo entonces un debate sobre qué parte del nombre del país (recordemos: República Socialista Soviética de Kirguistán, el falso, y República Socialista Soviética de El Kirguistán, el verdadero) utilizar para nombrar al imperio. El que más rápido se desechó fue el de Imperio Kirguís, porque era muy de cajón. Otros nombres que se barajaron fueron Socialistán, Sovietistán, Republistán... Dentro de ese debate salió de entre las sombras un círculo de artistas llamado Los Bolcheviques, que eran unos señores y señoras kirguises de nacimiento, pero que, por moda, vestían con atuendos rusos. Por tanto, eran muy condescendientes con Rusia, y, para no ser imparciales, con el resto de países invadidos. Ellos propusieron una fórmula que hasta entonces a nadie se le había pasado por la cabeza, salvo a Karl Marx, un kazako de maneras muy extravagantes al que nadie tomaba en serio:

* Cada uno de los países invadidos mantendría el rango de país.
* Cada país mantendría su nombre original, pero para dejar constancia de que había sido absorbido por el imperio, se le añadiría la coletilla República Socialista Soviética. Así, los nombres serían: República Socialista Soviética de Kazajstán, República Socialista Soviética de Ucrania, República Socialista Soviética de Loja, etc. Una excepción a esta regla sería Rusia, que, por cuestiones de tradición e idiosincrasia, adoptaría el nombre de Federación Rusa.
* El poder residiría en la clase obrera y las riquezas se repartirían por igual entre todos. El pan como hermanos y el dinero también. A esto se le llamó socialismo, porque pensaron que era absurdo utilizar una palabra en los nombres de los países que hasta entonces no había tenido ningún significado. Cabe decir, que, con el paso de los años, esta palabra ha vuelto a perder su sentido, aunque muchos partidos políticos de todo el mundo la siguen utilizando, probablemente por nostalgia, o porque mola decir que eres socialista.
* La fórmula según la cual el poder residiría en la clase obrera sería por la constitución de asambleas. Cada país tendría una asamblea propia, y habría también una asamblea suprema que las coordinaría a todas. A estas asambleas se les dio el nombre de soviets, igualmente para darle algún sentido a la palabra soviética.
* Lo de república ya había adquirido sentido en la propia campaña, porque Lenin desde pequeño siempre había sentido curiosidad por saber si de verdad la sangre de los reyes era azul, asi es que para comprobarlo fue matando a los reyes de todos los países que iba tomando.

Así, fue constituída la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS. Adoptaron como bandera una media luna y una estrella amarillas sobre fondo rojo. Luego se dieron cuenta de que se parecía mucho a la de Turquía, así es que algún artista trasnochado le pintó un rabo a la media luna. Entonces otro artista dijo que eso parecía una hoz y que daba muy mal rollo, así es que le pintó una raya cruzada. Un tercer artista dijo que eso era como el símbolo del euro pero al revés, y, muy ingenioso él, para reírse del primer artista, al que de pequeño en el colegio llamaban "cabeza de martillo" porque el muchacho era un poco deforme, pintó en el extremo de la raya la cabeza de un martillo. A Lenin, que se había perdido todo el proceso y sólo vio el resultado, le pareció muy original, y decretó que esa sería a partir de entonces la bandera de la URSS y de todos los países que adoptaran como sistema el socialismo (que para entonces ya se había convertido en algo común, por lo que empezaron a llamarlo comunismo).

En el año 6 d.L. (1924 d.C.), murió Lenin en Moscú. Algunas fuentes presuntamente oficiales dicen que murió en Gorki, pero todos los indicios apuntan a que murió en Moscú. Se quedó propiamente tieso. Se quedó tan tieso que aún a día de hoy no lo han podido repatriar a su Kirguistán natal. Y sigue ahí tieso en la Plaza Roja a la vista de todo el que quiera fliparlo viendo lo tieso que está. Hay fuentes que indican que podría no estar muerto, sino en un ya prolongadísimo estado de letargo provocado por alguna droga que estuviera de moda en la época, como los cañamones tostados o la religión, que era el opio del pueblo.

Tras la muerte de Lenin, se jugaron el poder Trotsky y Stalin a una partida de ajedrez, que ya se sabe que es el deporte soviético por excelencia. Ganó Stalin (por 6-2, 6-4 y 6-1), que era muy tramposo y muy ambicioso de poder, y lo que hizo, en vez de seguir los pasos de Lenin, fue convertir la URSS en un estado autoritario. Stalin era moldavo, y, por tanto, menchevique (Los Mencheviques eran una corriente artística contraria a Los Bolcheviques compuesta en su totalidad por moldavos con atuendo lapón). Así es que le tenía mucha tirria a los kirguises y a los rusos. Lo primero que hizo al llegar al poder fue exiliar a todos los kirguises y cargarse a todos los rusos que se negaran a escribir con su propia sangre "los rusos son gilipollas" en la Plaza del Kremlin de Moscú, que a partir de entonces, por razones obvias, pasó a llamarse Plaza Roja, y por extensión se le puso el apodo de "rojos" a todos los comunistas del mundo.

Así es que, de nuevo, el pueblo kirguís se vio errando por el mundo en busca de un lugar en el que asentarse. Aguantaron hasta el final de Segunda Guerra Mundial con la esperanza de que, como a los judíos, a ellos también les fuera devuelta su tierra prometida por parte de los Estados Unidos. Pero esto no fue posible debido a que fue bombardeada por la Legión Cóndor nazi durante la Guerra Civil Española, y posteriormente sumergida por Franco bajo las aguas de un pantano.

Entonces el Soviet Kirguís ideó un plan estratégico para tomar por las buenas una tierra próxima a ese pantano bajo el que está la suya y así, posteriormente, poder reconstituir la República Socialista Soviética de El Kirguistán: irían entrando en España poco a poco, en calidad de inmigrantes, y se irían asentando en el lugar citado. El franquismo les obligó, para poder pasar desapercibidos, a abandonar el republicanismo, el socialismo y el sovietismo. Hoy en día la nación de El Kirguistán está ya reconstituída, pero, por razones de seguridad, han sabido mantener su localización en secreto. Los únicos indicios que hay son que tiene frontera al norte con Portugal, al sur con Francia, al este con Cataluña, y al oeste con Sierra Nevada.

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